Muita arte na rede Ello. Visualize:

Muita arte na rede Ello:

quinta-feira, 13 de dezembro de 2012

Publico, sem tradução em um primeiro momento, o longo poema que Gervasio Monchietti me envia de sua terra natal, a Argentina.  Me agrada saber que o nosso amigo de Rosário é poeta, além de editor, com projeto de publicar vários autores de de outras línguas traduzidos para o espanhol platense, tais como o nosso estimado Ronald Augusto. 









3 cilindros

Gervasio Monchietti



Mi padre nunca pudo entrar
más allá del vientre de mi madre.
De modo que mi padre
no pudo ser mi padre.

Héctor Viel Temperley



De arranque

I
Nunca aprendí tu oficio, 
pero
papel libros biromes abrazos
no me faltan
es
trabajo de mecánico el olvido

II
El Scania donde dormías
tres horas por día
te robó el sueño
faltaron cuentos
sobraron camioncitos

III

Mis preguntas
bailan
de noche en las respuestas
como
tercas hembras tuercas

IV

Somos
          algo que pasa
entre
         el agua y la llovizna

el grano de las voces
las veredas los cuerpos
quedan
           pequeños lugares de certeza
ladrillos de una casa inacabada






I
La mecánica ha hecho de él
un pragmático

Los autos rotos van hacia él
para un ajuste

Los hijos, si no vienen,
es porque funcionan.


II
La mecánica ha hecho con él
un pragmatismo

Lo peor que puede ocurrir
es tirar y cambiar

Los hijos, que se arreglen
con sus piezas.




I

el viejo es bueno desarmando tapas
de cilindros, el viejo saca los restos
de la junta soplada
y limpia los bordes del metal con nafta

el viejo inhala
sobrelleva un asma de años
mugre en las uñas
de tanto poner y sacar tornillos

la imagen del viejo leyendo
Tus zonas erróneas
en los ratos libres del taller

la imagen del dodge mil quinientos gris
modelo setenta y ocho
y el libro que no sirvió de mucho

fue la época en que todos los vecinos
de la cuadra, vieron caer
el matrimonio de sus padres

él, cedió a lo inevitable
lloró, quizo no creer
no puede ser -se dijo- pero

a veces las cosas no funcionan
o algo así
le dijo el viejo, no hay metáfora

no hay mecánica capaz
de encontrar la falla, un ruido
en el árbol de leva, la fuga

un pistón mal puesto, es al pedo,
no hay libro, no hay manual
capaz de explicar el carácter de tu madre
está fuera de punto

el viejo, en su mundo
- las cosas se mueven viejo,
y no sé que pasa que no ves.

A dos de sus amigos de la cuadra
les pasó
“a mí no” –pensó, el muy ingenuo

Mientras tragaba saliva
arriba del dodge mil quinientos gris
una tarde de mil novecientos noventa y cuatro
de un mes que no recuerda, en Rafaela.

II
Suelo decir que mi padre
como padre
es un buen domador de tortugas

No lo juzgo. Me acorazo
a una distancia suficiente
de la abstracción filial.



III

Para ser preciso
es necesario decir que no se olvida
se eligen cosas que sí.

Armando
un botiquín que vino fallado
algunas piezas menos
golpes durante el viaje
raspones
algún engaño.

No lo juzgo
acompaño un ritual

el que hizo de él
hijo menor



 IV

Los hijos menores de mi familia
son objetos silenciosos
se dejan querer
y -aunque no se note-
a su modo de plantas
crecen.

Ignoro la razón de ese efecto vegetal

No los juzgo
Las plantas, luego del agua,
dan señales de más
un gesto, algo en común.

Con otros objetos no sucede así.




El carburador

                                                               




I



Padre
         he empezado a cultivar un pequeño jardín.
         El cuidado diario hace que crezca.
         Sorprende ver el efecto de un poco de agua
         cambian, de inmediato –si vieras-
         la consistencia de las ramas, 
         el vigor de las hojas.
        
         ¿Hace calor allí?
         Aquí, el sol calcina las plantas.
         También he visto cómo derrite el nylon.
         Antes no percibía eso.
         Parece que el año próximo
         se acaba el mundo.





II

Estamos lejos
                      a una distancia padre.
                      Sesenta kilómetros que parecen miles.

                      Hay un tango que nunca aprendemos.
                      Los años (luz) pasan y nos vamos…

                      No puedo decir que sos un desaparecido.
                      Sé dónde estás, qué comes, que decís.

                      Sé también que antes de acostarte
                      prendes el televisor. Podría

                      matarte, fácilmente, ya lo ves.
                      pero no lo haré. Debo -antes- terminar este libro.
                     


III


Escapas a toda taxonomía.
                                     He aquí el problema
                                     pater

                                     Están los vivos, los muertos,
                                     los desaparecidos, los perdidos.

(en sentido estricto, el estado vegetativo es un estado vital,
por lo tanto, aunque un impulso me lleva a englobarte
en ese universo, no corresponde)

                                    Y pensar que le llaman patria potestad.
                                    Y pensar que debería escribirlo en mayúsculas.




IV


Dime padre
                  cómo anda tu tortuga
                  y de paso dime
                  cómo andas tú, tortuga

                  El tiempo pasa y nos vamos poniendo gordos.
                  El tiempo pasa y nos vamos poniendo sordos.
                  El tiempo pasa y nos vamos poniendo duros.

                  Sí, como tu tortuga.





V

La última vez que nos vimos
dijiste que vendrías a visitarme
cuando se termine de construir
la autopista a Córdoba
tramo Cañada – Rosario.

Eso fue hace un año y la autopista
se terminó hace más de seis meses.
Una cualidad política
que nunca supiste aprovechar.


VI

A veces me pregunto si alguna vez tendré vergüenza
de no tener como vos
las manos ásperas
los dedos gruesos
las uñas negras
a que mis manos se parezcan bastante a los de una mujer

VII
 


Mirá que culo tiene esa mina
Fue tu primer comentario sobre el sexo
Mamá sugirió que me hablaras de eso

Lo supe muchos años después y entonces
comprendí mis dificultades con las mujeres.
No saber cómo empezar. No saber cómo seguir.
Y terminar, más por defecto que por decisión.

Dicen que si no puedes ser un buen ejemplo
serás una advertencia espantosa.


VIII

El problema con los psicoanalistas
es que ya lo saben

no intentes
contradecir
lacancioncita

IX


Señor paciente
colóquese la bata
puede haber un cuerpo extraño
en su ropa

La frase apareció en una sala de rayos
y atravesó los borradores.

Costó ubicar, hallar un lugar donde dejarla. 
Pero es una advertencia que hecha luz
cada vez que se lee, sobre los huesos.



Una al día porquería
una al mes poco es
una al año pica el caño
una a la semana vida sana.

El profe Roberto nos decía eso
al vernos llegar, ojerosos,
a la clase de gimnasia
por la mañana. Fue la única máxima

que me dieron sobre el sexo.
Lo demás, una espera de años
de varias al día y aprender 
a repetir la cancioncita
que decía que decía 

El escape



I

Con más de treinta, aún no he podido
comprar un terreno. Sin embargo
ya cuido una porción de tierra 
(veinte centímetros cuadrados)
y tres plantitas de morrón
que se suman a los  seres vivos
que habitan el departamento

regar cada dos días 
algo de sol, remoción
de la tierra. Son los concejos
que tía Mari entregó; se espera
que el morrón crezca,
habrá que ver, con los días, que resulta.

Ahora, el agua de la pava está por hervir
alguien golpea a la puerta del vecino
(debo sacarle el polvillo a la yerba,
para que sea amargo, pero no tanto)
luego limpiar los honguitos
en la base del vanitory. Cuidar
aquello que podemos, como las plantas.  

II

Ella juega con la cinta de una persiana
que nunca terminé de colocar
y de tanto
en tanto
otea el patio

cuando arregle la cortina
seguro hallará otro hilo suelto.
Quedan cosas por hacer
desarreglos que entretienen
a pequeños seres, y si bien

me quejo del rasguño que ha sufrido
la correspondencia de Nietzsche
me tranquiliza pensar que este año
ahorraré en veneno para cucarachas.

III

Tarde gris y jugo de naranjas
tres hielos
tres caramelos sobre la mesa

un insecto en el vaso
tapado
por el líquido se ahoga

el éxito de la excesiva dulzura
empantana
su condición de insecto.




Gervasio Monchietti según él mismo:

Nací en Rosario, en noviembre 1979. Viví hasta los 18 años en San Genaro (Santa Fe). Soy periodista y locutor nacional. Estudié Derecho, pero prefería leer poesía y filosofía, que no garpan, pero atrapan.
Publiqué dos libros de poesía Trincheta (Tropofonia, 2010) y 3 cilindros (Diatriba, 2011). En el 2007, junto con Sebastián Moreno, armamos un grupo mutante llamado Tropofonia, que en parte funciona como un programa de radio que se emite por Radio Nacional Rosario. Además, trabajo como editor y encuadernador en el proyecto editorial del mismo grupo. Cada tanto doy talleres de encuadernación y radio en algunas instituciones.
Como periodista freelance colaboro con algunos medios gráficos y digitales. Desde el 2008 colaboro con el Festival Internacional de Poesía de Rosario. Participé como narrador en el XIV Encuentro Internacional de Narración Oral, realizado en Buenos Aires y en «Portuguesia. Fiesta de la poesía en lengua portuguesa y española» en el 2011, en Belo Horizonte, Brasil. Em http://www.revista-ese.com.ar/poesia_monchietti.html



El poeta Gervasio en presentación de poemas de la autora Ariana Daniele.








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