Publico, sem tradução em um primeiro momento, o longo poema que Gervasio Monchietti me envia de sua terra natal, a Argentina. Me agrada saber que o nosso amigo de Rosário é poeta, além de editor, com projeto de publicar vários autores de de outras línguas traduzidos para o espanhol platense, tais como o nosso estimado Ronald Augusto.
VII
3 cilindros
Gervasio Monchietti
Mi padre nunca pudo entrar
más allá del vientre de mi
madre.
De modo que mi padre
no pudo ser mi padre.
Héctor Viel Temperley
De arranque
I
Nunca aprendí tu
oficio,
pero
papel libros
biromes abrazos
no me faltan
es
trabajo de
mecánico el olvido
II
El Scania donde
dormías
tres horas por
día
te robó el sueño
faltaron cuentos
sobraron
camioncitos
III
Mis preguntas
bailan
de noche en las
respuestas
como
tercas hembras tuercas
IV
Somos
algo que pasa
entre
el agua y la llovizna
el grano de las
voces
las veredas los
cuerpos
quedan
pequeños lugares de certeza
ladrillos de una
casa inacabada
I
La mecánica ha
hecho de él
un pragmático
Los autos rotos
van hacia él
para un ajuste
Los hijos, si no
vienen,
es porque
funcionan.
II
La mecánica ha
hecho con él
un pragmatismo
Lo peor que puede
ocurrir
es tirar y
cambiar
Los hijos, que se
arreglen
con sus piezas.
I
el viejo es bueno desarmando tapas
de cilindros, el viejo saca los restos
de la junta soplada
y limpia los bordes del metal con nafta
el viejo inhala
sobrelleva un asma de años
mugre en las uñas
de tanto poner y sacar tornillos
la imagen del viejo leyendo
Tus zonas erróneas
en los ratos libres del taller
la imagen del dodge mil quinientos gris
modelo setenta y ocho
y el libro que no sirvió de mucho
fue la época en que todos los vecinos
de la cuadra, vieron caer
el matrimonio de sus padres
él, cedió a lo inevitable
lloró, quizo no creer
no puede ser -se dijo- pero
a veces las cosas no funcionan
o algo así
le dijo el viejo, no hay metáfora
no hay mecánica capaz
de encontrar la falla, un ruido
en el árbol de leva, la fuga
un pistón mal puesto, es al pedo,
no hay libro, no hay manual
capaz de explicar el carácter de tu madre
está fuera de punto
el viejo, en su mundo
- las cosas se mueven viejo,
y no sé que pasa que no ves.
A dos de sus amigos de la cuadra
les pasó
“a mí no” –pensó, el muy ingenuo
Mientras tragaba saliva
arriba del dodge mil quinientos gris
una tarde de mil novecientos noventa y cuatro
de un mes que no recuerda, en Rafaela.
II
Suelo decir que
mi padre
como padre
es un buen
domador de tortugas
No lo juzgo. Me
acorazo
a una distancia
suficiente
de la abstracción
filial.
III
Para ser preciso
es necesario
decir que no se olvida
se eligen cosas
que sí.
Armando
un botiquín que
vino fallado
algunas piezas
menos
golpes durante el
viaje
raspones
algún engaño.
No lo juzgo
acompaño un
ritual
el que hizo de él
hijo menor
IV
Los hijos menores
de mi familia
son objetos
silenciosos
se dejan querer
y -aunque no se
note-
a su modo de
plantas
crecen.
Ignoro la razón
de ese efecto vegetal
No los juzgo
Las plantas,
luego del agua,
dan señales de
más
un gesto, algo en
común.
Con otros objetos
no sucede así.
El carburador
I
Padre
he empezado a cultivar un pequeño
jardín.
El cuidado diario hace que crezca.
Sorprende ver el efecto de un poco de agua
cambian, de inmediato –si vieras-
la consistencia de las ramas,
el vigor de las hojas.
¿Hace calor allí?
Aquí, el sol calcina las plantas.
También he visto cómo derrite el
nylon.
Antes no percibía eso.
Parece que el año próximo
se acaba el mundo.
II
Estamos lejos
a una distancia padre.
Sesenta kilómetros que
parecen miles.
Hay un tango que nunca
aprendemos.
Los años (luz) pasan y
nos vamos…
No puedo decir que sos un
desaparecido.
Sé dónde estás, qué
comes, que decís.
Sé también que antes de acostarte
prendes el televisor.
Podría
matarte, fácilmente, ya
lo ves.
pero no lo haré. Debo
-antes- terminar este libro.
III
Escapas a toda
taxonomía.
He aquí el
problema
pater
Están los
vivos, los muertos,
los
desaparecidos, los perdidos.
(en sentido estricto, el estado vegetativo es un estado
vital,
por lo tanto, aunque un impulso me lleva a englobarte
en ese universo, no corresponde)
Y pensar
que le llaman patria potestad.
Y pensar que debería
escribirlo en mayúsculas.
IV
Dime padre
cómo anda tu tortuga
y de paso dime
cómo andas tú, tortuga
El tiempo pasa y nos vamos poniendo
gordos.
El tiempo pasa y nos vamos
poniendo sordos.
El tiempo pasa y nos vamos
poniendo duros.
Sí, como tu tortuga.
V
La última vez que
nos vimos
dijiste que
vendrías a visitarme
cuando se termine
de construir
la autopista a
Córdoba
tramo Cañada –
Rosario.
Eso fue hace un
año y la autopista
se terminó hace
más de seis meses.
Una cualidad
política
que nunca supiste
aprovechar.
VI
A veces me
pregunto si alguna vez tendré vergüenza
de no tener como
vos
las manos ásperas
los dedos gruesos
las uñas negras
a que mis manos
se parezcan bastante a los de una mujer
Mirá que culo tiene esa mina
Fue tu primer
comentario sobre el sexo
Mamá sugirió que
me hablaras de eso
Lo supe muchos
años después y entonces
comprendí mis
dificultades con las mujeres.
No saber cómo
empezar. No saber cómo seguir.
Y terminar, más
por defecto que por decisión.
Dicen que si no
puedes ser un buen ejemplo
serás una
advertencia espantosa.
VIII
El problema con
los psicoanalistas
es que ya lo
saben
no intentes
contradecir
lacancioncita
IX
Señor paciente
colóquese la bata
puede haber un cuerpo extraño
en su ropa
La frase apareció
en una sala de rayos
y atravesó los
borradores.
Costó ubicar, hallar
un lugar donde dejarla.
Pero es una
advertencia que hecha luz
cada vez que se
lee, sobre los huesos.
Una al día porquería
una al mes poco es
una al año pica el caño
una a la semana vida sana.
El profe Roberto
nos decía eso
al vernos llegar,
ojerosos,
a la clase de
gimnasia
por la mañana.
Fue la única máxima
que me dieron
sobre el sexo.
Lo demás, una
espera de años
de varias al día
y aprender
a repetir la
cancioncita
que decía que
decía
El escape
I
Con más de treinta, aún no he podido
comprar un terreno. Sin embargo
ya cuido una porción de tierra
(veinte centímetros cuadrados)
y tres plantitas de morrón
que se suman a los
seres vivos
que habitan el departamento
regar cada dos días
algo de sol, remoción
de la tierra. Son los concejos
que tía Mari entregó; se espera
que el morrón crezca,
habrá que ver, con los días, que resulta.
Ahora, el agua de la pava está por hervir
alguien golpea a la puerta del vecino
(debo sacarle el polvillo a la yerba,
para que sea amargo, pero no tanto)
luego limpiar los honguitos
en la base del vanitory. Cuidar
aquello que podemos, como las plantas.
II
Ella juega con la
cinta de una persiana
que nunca terminé
de colocar
y de tanto
en tanto
otea el patio
cuando arregle la
cortina
seguro hallará
otro hilo suelto.
Quedan cosas por
hacer
desarreglos que
entretienen
a pequeños seres,
y si bien
me quejo del
rasguño que ha sufrido
la
correspondencia de Nietzsche
me tranquiliza
pensar que este año
ahorraré en
veneno para cucarachas.
III
Tarde gris y jugo
de naranjas
tres hielos
tres caramelos
sobre la mesa
un insecto en el
vaso
tapado
por el líquido se
ahoga
el éxito de la
excesiva dulzura
empantana
su condición de
insecto.
Gervasio Monchietti según él mismo:
Nací en Rosario, en noviembre 1979. Viví hasta los 18 años en San Genaro (Santa Fe). Soy periodista y locutor nacional. Estudié Derecho, pero prefería leer poesía y filosofía, que no garpan, pero atrapan.
Publiqué dos libros de poesía Trincheta (Tropofonia, 2010) y 3 cilindros (Diatriba, 2011). En el 2007, junto con Sebastián Moreno, armamos un grupo mutante llamado Tropofonia, que en parte funciona como un programa de radio que se emite por Radio Nacional Rosario. Además, trabajo como editor y encuadernador en el proyecto editorial del mismo grupo. Cada tanto doy talleres de encuadernación y radio en algunas instituciones.
Como periodista freelance colaboro con algunos medios gráficos y digitales. Desde el 2008 colaboro con el Festival Internacional de Poesía de Rosario. Participé como narrador en el XIV Encuentro Internacional de Narración Oral, realizado en Buenos Aires y en «Portuguesia. Fiesta de la poesía en lengua portuguesa y española» en el 2011, en Belo Horizonte, Brasil. Em http://www.revista-ese.com.ar/poesia_monchietti.html
Publiqué dos libros de poesía Trincheta (Tropofonia, 2010) y 3 cilindros (Diatriba, 2011). En el 2007, junto con Sebastián Moreno, armamos un grupo mutante llamado Tropofonia, que en parte funciona como un programa de radio que se emite por Radio Nacional Rosario. Además, trabajo como editor y encuadernador en el proyecto editorial del mismo grupo. Cada tanto doy talleres de encuadernación y radio en algunas instituciones.
Como periodista freelance colaboro con algunos medios gráficos y digitales. Desde el 2008 colaboro con el Festival Internacional de Poesía de Rosario. Participé como narrador en el XIV Encuentro Internacional de Narración Oral, realizado en Buenos Aires y en «Portuguesia. Fiesta de la poesía en lengua portuguesa y española» en el 2011, en Belo Horizonte, Brasil. Em http://www.revista-ese.com.ar/poesia_monchietti.html
El poeta Gervasio en presentación de poemas de la autora Ariana Daniele.
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